He observado dos actitudes básicas que tenemos a la hora de aproximarnos a la astrología:
- La pasiva ("Dime tú") que consiste en tragar literalmente las interpretaciones del astrólogo y dejarnos guiar por sus mensajes en nuestra vida.
- La activa ("Busco yo") que consiste en indagar dentro de nosotras y ver de manera crítica la interpretación astrológica en nuestra vida diaria.
El lenguaje de una carta natal es amplio y simbólico. Un mismo mensaje puede tener diversas interpretaciones para diversas personas. La tarea del Sol en la casa 5, por ejemplo, es brillar por medio de las creaciones propias. ¿Pero eso vale para todas las personas con esa misma posición? Las creaciones propias de una mujer pueden ser sus hijos, por ejemplo; en el caso de otra, sus aficiones artísticas; en el caso de una tercera la decoración del lugar donde vive y/o trabaja; en otra puede ser la teoría científica que pretende rebatir; en otra su habilidad para desentrañar un misterio, etc. Así podríamos seguir casi hasta el infinito. Una mujer que reciba una interpretación astrológica como ésa "tu tarea consiste en brillar por medio de tus creaciones propias", ¿cómo debe tomárselo? ¿Cómo lo interpretarías tú?
Aquí reside la cuestión fundamental de la psicología astrológica: ¿crees que el astrólogo tiene más autoridad para hablar de ti misma que tú? Si es así, es posible que te tragues la información que te da (yo misma lo he hecho y he comprobado lo limitador que es).
¿O crees que su labor es intentar aproximarse a tu propio mundo personal del que tú eres la máxima autoridad y ostentas el máximo poder? En ese caso, es posible que te tomes sus interpretaciones no de forma determinista, sino expectante y colaboradora, asumiendo que nunca podrá saber más de ti misma que TÚ.
La astrología no puede nunca sustituir a la indagación personal sobre ti misma y a tu propia sabiduría. Mejor tomarlo como un complemento más, no el último, en tu camino.
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