La Luna es también la regente tradicional del signo Cáncer, un signo relacionado con el estómago y la digestión. En astrología, la Luna (parte emocional) y el estómago están relacionados. Eso explicaría los famosos "nudos en el estómago" que sentimos con determinados estados emocionales (miedo, ansiedad, preocupación...).
Pero también tiene otras implicaciones psicológicas.
Fritz Perls, creador de la psicoterapia Gestalt, fue quien primero indicó que nuestra forma de vivir las experiencias tiene mucho de "digestión". Es decir, podemos digerir las experiencias, sintiéndolas e integrándolas en nuestro cuerpo, corazón y voluntad, o quedarnos "atascados" y no terminar de "digerirlas".
Un ejemplo son las introyecciones, que son los pensamientos y juicios de otros que "nos hemos tragado" sin masticar, es decir, sin aplicarles nuestro propio juicio y nuestra personalidad.
Piensa en esto: ¿cuántas veces has pensado, en tu intimidad, que una mujer debería ser buena ama de casa? ¿que deberías tener un cuerpo diez? ¿que deberías tener el "instinto" de ser madre? ¿que las relaciones deberían ser así o asá? ¿que no deberías quejarte tanto? Y aquí podemos escribir una lista larguísima.
Porque todas hemos oído los juicios y conclusiones de nuestros familiares, profesores, amigos y personas a quienes admiramos sobre lo que está bien o mal. Hemos interiorizado que deberíamos acercarnos a lo que otros enjuician como bueno y alejarnos de lo que se enjuicia como malo.
Pero, ¿cuánto hay de ti en esas valoraciones? ¿Cuáles te pertenecen, porque las has pensado y sentido como tuyas, o cuáles te han llegado como "caídas del cielo" a temprana edad y continúan siendo una parte de tu bagaje inconsciente?
Cuando pensamos desde esos "debería/ no debería" tan asfixiantes y agotadores, no dejamos a la niña interior sentir y darse cuenta de quién es ella y de sus inmensas posibilidades.