viernes, 7 de octubre de 2011

La Luna en la carta natal: nuestro yo afectivo


Todas estamos familiarizadas con nuestro signo solar ("yo soy Cáncer", "yo soy Piscis", etc.) pero, a menos que nos hayan hecho la carta astrológica, apuesto a que no conocemos nuestro signo lunar.

La importancia que se le concede al signo solar tiene relación con la identificación casi exclusiva que hace esta cultura del yo con la mente. Nos identificarnos con lo racional, lógico y consciente que hay en nosotras. Pero las emociones y la necesidad de afecto y amor en el ser humano son tan importantes (o más según los estudios) que otras facetas más intelectuales e individualistas.

Nuestra naturaleza afectiva y amorosa particular está simbolizada en la carta por nuestra Luna. La Luna es un símbolo natural y bastante elocuente de la parte romántica y soñadora del ser humano. Observamos mejor a la Luna durante la noche y la noche es el momento típico del encuentro entre los amantes. Desde siempre se ha creído en la influencia de la Luna sobre las emociones y los sentimientos. La Luna cambia de forma, como también cambian nuestros estados de ánimo. La Luna es misteriosa y magnética.

La Luna en la carta natal está situada en un signo (Aries, Marte, Géminis...) y en una casa. Su emplazamiento indica las distintas maneras en que nos vinculamos a otros y aquello que valoramos más en las relaciones. 

Las Lunas que están en signos de fuego (Aries, Leo, Sagitario) se vinculan desde el entusiasmo con todo aquello que despierta su ilusión. Son activas en el contacto y tienen capacidad para dar el primer paso. Cuando se enamoran parece que soltaran "chispas" de tanta energía que tienen para ofrecer. Llenan de coraje a aquellos con quienes se relacionan.

Las Lunas en signos de tierra (Tauro, Virgo, Capricornio) se vinculan desde las sensaciones y la intimidad física. Aquello que el otro les hace sentir les parece determinante. Se toman más tiempo que las anteriores en "abrirse" emocionalmente, pero ofrecen gran resistencia y tenacidad en las relaciones. Brindarán apoyo y confianza incondicional.

Las Lunas en signos de aire (Géminis, Libra, Acuario) son activas y se vinculan desde la conexión espiritual. Cuando hablan con otros, sus "antenitas" captan si hay conexión entre sus ideas y formas de ver la vida. Si pueden compartir su filosofía vital y lo que es importante para ellas, se sienten feliz de haber encontrado "un compañero/a del alma" y le contagiarán una curiosidad permanente por la vida.

Las lunas en signos de agua (Cáncer, Escorpio, Piscis) se vinculan desde la intimidad psicológica, el compartir de los corazones. Son muy emotivas y valoran que el otro también lo sea. Una vez que se "dan" son capaces de brindar gran comprensión y ayudarán al otro/a a entenderse mejor. Captan los más leves cambios en los estados de ánimo de los demás.

Las características de cada signo lunar implican "facilidades" naturales, por así decirlo. Pero no hay que olvidar que todas tenemos una Luna, es decir, un yo afectivo, que tiene necesidades universales de amor y aceptación. Cada persona tiene derecho a vivir relaciones que le nutran y le hagan sentir satisfecha, la primera de las cuales y más relevante es consigo misma.

Asimismo, todas tenemos emociones intensas que tenemos derecho a vivenciar y a expresar de la forma en que creamos conveniente. Al hacerlo, más alegría de vivir y espontaneidad afluirán inevitablemente a nuestra vida.

Y es que la Luna también es una parte indispensable de nuestra personalidad.

Aquí puedes encontrar un cálculo rápido de tu signo lunar:








1 comentario:

  1. Cada día me gusta más lo que escribes!!!la de cosas que voy a aprender:)) Me identifico con lo que dices sobre lo de la Luna en fuego, jiji.¡Bexitos sister!

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